¿Alquiler o compra? Recomendaciones para tomar la mejor decisión
Si te estás planteando alquilar o comprar un piso, seguro que hay muchas preguntas que te rondan por la cabeza. Y es que comprar tu propia vivienda es, seguramente, una de las decisiones más importantes que te plantearás a lo largo de tu vida, como lo puede ser elegir una carrera universitaria o casarse. Una decisión difícil que lleva a muchos a decantarse por el alquiler por el miedo a ligarse a una hipoteca de por vida. Pero, ¿cuál es la mejor opción, el alquiler o la compra? En este artículo te damos argumentos a favor y en contra, para que sea cual sea la decisión que tomes lo hagas con las ideas bien claras.
Alquiler: ventajas e inconvenientes
Los defensores del alquiler argumentan como principal ventaja la flexibilidad. Con un mercado laboral inestable como el actual, el alquiler permite en un momento dado que puedas mudarte fácilmente a otra zona de la ciudad más económica o incluso a otra población, en caso de que tus circunstancias cambien o de querer abrirte a nuevos horizontes laborales. Aunque para alquilar un piso te pedirán siempre unos meses de adelanto, no tendrás que hacer frente al desembolso inicial necesario en la compra de una vivienda, como tampoco a los gastos de comunidad, seguro de hogar o mantenimiento del piso, y este dinero que ahorras te permitirá disponer de un colchón para cubrir otros gastos que puedan ir surgiendo en el día a día.
La opción del alquiler, pues, podría ser la más recomendable en caso de no contar con unos ingresos fijos elevados o como solución temporal, hasta que tu estabilidad laboral y económica te permita, llegado el momento, adquirir tu propia vivienda. De hecho, desde el punto de vista de ahorro económico, los expertos señalan que es aproximadamente a los cinco años cuando podemos hablar que resulta más rentable la compra, ya que se calcula que es a partir de este periodo que se amortizan los gastos iniciales derivados de la adquisición.
Quizá la compra nos resulte también la opción más atractiva si tenemos en cuenta el crecimiento exponencial del precio del alquiler en algunas ciudades españolas, un hecho del que se habla ya en términos de burbuja inmobiliaria y que hace plantearse si realmente sale tan rentable esta opción, incluso en esos cinco años que indican los expertos. Y es que los precios se han disparado en los últimos años de forma desorbitada en ciudades turísticas como Madrid o Barcelona, con un aumento de hasta el 50% del precio del alquiler en tan solo cuatro años.
Hablamos de una realidad en la que tiene mucho que ver el auge de plataformas online dedicadas al alquiler de pisos para turistas, donde la gran cartera de pisos está en manos de grupos inversores ajenos a los problemas en que deriva esta situación para las familias autóctonas. De hecho, el precio del alquiler puede llegar a ser tan inasumible, que muchas familias que han vivido toda la vida en el centro de la ciudad se ven obligadas a desplazarse al extrarradio en busca de otras opciones más económicas.
Además, con el alquiler, siempre estás a expensas de que el propietario decida subirte la cuota y a tener que negociar periódicamente las condiciones, y es muy probable que llegues a pagar más por la renta de alquiler que lo que supondría la cuota de una hipoteca. Así que, a la hora de decantarte por esta opción, todo dependerá de tu estabilidad financiera y laboral, de la zona donde se plantees residir y de tus perspectivas de futuro.
Alquiler con opción a compra
Si no ves clara la opción del alquiler pero tampoco dispones por ahora del capital inicial necesario para asumir los gastos de la compra, tienes a tu disposición una solución intermedia: el alquiler con opción a compra. De hecho, uno los principales argumentos de los detractores del alquiler es que con el paso del tiempo no tenemos nada a cambio de todo lo que hemos invertido, es “dinero tirado”, aseguran. Con el alquiler con opción a compra no perderías lo invertido, ya que tras un cierto tiempo como arrendatario puedes adquirir el piso, descontando total o parcialmente las cantidades ya pagadas, por lo que el precio final del inmueble disminuye y, por tanto, dado el caso, el préstamo hipotecario será menor.
Si te planteas esta alternativa, hay varios aspectos a considerar. El contrato debe especificar los años estipulados de alquiler, las cuotas y la cantidad a descontar en el momento de realizar la operación de compraventa, así como el plazo durante el cual el inquilino puede ejercer su derecho a comprar el piso. Asimismo, también se debe indicar si es el propietario o el arrendatario el que corre con los gastos de la comunidad o de posibles reformas de la vivienda. Este sistema también puede presentar alguna desventaja, ya que al haber pactado inicialmente el precio de venta en el momento de firmar el contrato cabe la posibilidad de que los precios del mercado bajen. Aunque, claro está, siempre tendrás la opción de renunciar a la compra cuando se cumpla el tiempo establecido en el contrato, eso sí, perdiendo las cantidades ya abonadas.
Por otra parte, debes tener en cuenta que esta opción supone un desembolso mayor que el alquiler, ya que se debe aportar una prima por la opción a compra, que generalmente es bastante mayor a la cantidad que abonarías en concepto de fianza en un piso de alquiler y que, al contrario que pasa con esta, se quedará el propietario si al final decides no comprar el piso. Por esa razón, antes de elegir este tipo de contrato, debes asegurarte que, finalizado el plazo de alquiler, vas a poder asumir el precio de compra o que estás en condiciones de solicitar el crédito hipotecario y que te será concedido.
Comprar una vivienda: pros y contras
Si te decides por comprar una vivienda has de estar dispuesto a asumir una serie de gastos adicionales y de posibles riesgos. Sin duda, estamos hablando de la decisión financiera más importante de tu vida, ya que dedicarás probablemente varios años o incluso décadas al pago de la hipoteca. Por eso es fundamental que tengas todos los elementos en cuenta.
El punto más negativo es, seguramente, el desembolso económico inicial vinculado a la compra, como son los gastos de gestoría, el registro, la notaría o los impuestos (el IVA en caso de ser una vivienda nueva o el Impuesto de Transmisiones Patrimoniales si es de segunda mano). En caso de solicitar hipoteca es muy probable que el banco intente convencerte para contratar con ellos un seguro de vida – ¡de todos son conocidas las prácticas abusivas de los bancos! En esta situación, debes tener claro que no estás obligado a contratar el seguro de vida con la entidad bancaria y que, además, contratando tu seguro de vida con una correduría de confianza como IATI, te ahorrarás hasta el 50 % de la cuota.
Además de estos gastos iniciales, debes tener en cuenta los que irán surgiendo a lo largo de los años, como los derivados de impuestos, obras futuras, cuota fija de comunidad o posibles derramas, que se sumarán a la cuota que pagarás por el crédito hipotecario. Por otra parte, debes tener en cuenta que, aunque la vivienda tiende a revalorizarse, la historia reciente nos demuestra que el riesgo de burbuja inmobiliaria es real. Así, en caso de bajar los precios una vez seas propietario, el inmueble perdería valor y no podrías recuperar lo invertido en caso de venta.
A la hora de tomar la decisión también debes valorar si la ubicación de la vivienda va a condicionar tu situación laboral, ya que adquirir un piso en propiedad te vincula a un lugar concreto y no te va a permitir la flexibilidad en cuestión de movilidad geográfica que te permitiría el alquiler. Aunque, claro está, siempre tienes la opción de alquilar tu propia vivienda durante el tiempo que residas en otra ciudad.
A favor de la compra diremos que disponer de un piso en propiedad puede aportarte a priori una mayor estabilidad y tranquilidad que el alquiler, ya que, en función de las condiciones de la hipoteca que contrates, no tendrás que negociar continuamente los términos del contrato, como pasaría si vivieras arrendado. Además, con los años, la vivienda estará pagada y podrás ahorrarte el dinero de la cuota mensual, con la seguridad de no perder el piso en caso de que tu situación económica cambie.
Alquiler o compra, siempre con la protección adecuada
Como ves, no existe una única respuesta a la pregunta de si es mejor alquilar o comprar, porque dependerá de las circunstancias personales de cada uno, en función de los ingresos, la estabilidad laboral, el arraigo a una determinada ciudad o incluso del tipo de familia. Y es que tus necesidades pueden ser diferentes si llevas un estilo de vida como single, por ejemplo, o si, por el contrario, tienes una familia a tu cargo. Sea como sea, la clave está en tu bienestar y el de tu familia, la tranquilidad de saber que pase lo que pase no va a faltar ese techo donde vivir.
Pensando en tus necesidades concretas y en ofrecerte la seguridad que necesitas como arrendatario o propietario, IATI pone a tu disposición seguros de vida que se adaptan a tu estilo de vida. Si vives en familia y tienes hipoteca, el seguro IATI Vida Familiar e Hipotecas te asegura que en caso de faltar los ingresos que generas tú mismo, tu familia va a poder hacer frente a los gastos del mes a mes, incluida la hipoteca. En caso de llevar un estilo de vida independiente, te conviene el seguro IATI Vida Singles, que multiplica por cinco el capital en caso de invalidez. Y si eres de los que disfruta de un estilo de vida activo, el seguro IATI Vida Activa está pensado para ti, ya que te cubre en todas las circunstancias, como desplazamientos en moto o coche, práctica de deportes o viajes.
Como ves, lo más importante decidas lo que decidas es contar con la protección adecuada para que, en caso de una posible eventualidad, tengas la seguridad de contar con un capital que te permita a ti y a los tuyos seguir adelante.